martes, 25 de agosto de 2009

ENCUENTROS TEMÁTICOS, 13 SRA, ZONA ORIENTE-CONFERENCIA II



Cuerpo, arte y significación, Segunda Parte
Por. José Horacio Rosales

Esto son elementos fundamentales que nos va a explicar como el cuerpo puede articular el mundo exterior con lo que le sucede internamente, esto nos va ser entender porque la relación del cuerpo con el entorno es fundamentalmente una relación, en principio, sensorial y afectiva; es decir, la primera relación que tiene el cuerpo con el mundo es sensorial, en consecuencia afectiva: es una relación del mundo sensorial afectivo interno puesto en contacto con la exterioridad.

Entonces, esta intercepción esta mirada al cuerpo dentro de si, esta exterocepción, la captación del mundo externo, se articulan, no están separadas y, se produce lo que para los semiólogos en su lenguaje enrevesado se va llamar la propiocepción.

La propiocepción es la condición que tiene el cuerpo de tener conciencia de sí mismo, tanto de fenómenos internos y externos, como esa articulación dinámica.

En los proceso propiosectivo el cuerpo articuladosgrandes esferas de su actividad, los contenidos de lo que vive y padece internamente: tengo hambre, tengo sueño, tengo calor, me siento despechado, esas sensaciones que sentimos cuando estamos avergonzados y que es un peso en el cuerpo.

En este sentido,hay una metáfora visual muy bella en la película Amelie, de Jean-Pierre Jeunet. Ella es una mujer joven y en algún momento espera la visita de alguien en el restaurante donde trabaja. Finalmente, el hombre llega pero no logran establecer esa relación de contacto de reconocimiento mutuo y, cuando él se va, queda muy frustrada y cinematográficamente, esa decepción esta metaforizada con la imagen del cuerpo de Amelie que se vuelve agua y se dispersa en el piso. Ahí vemos como aparece una representación de la experiencia interna con elementos externos que la van a representar o la van a semiotizar

Por una parte, en este proceso propiosectivo están los contenidos de la vivencia, de lo que se padece, cuando hablo de lo que se padece, no sólo estoy hablando de lo que se padece sino del gozo y las formas con que el cuerpo expresa esas sensaciones o lee eso en el cuerpo del otro. Es decir, cuando el yo cuerpo leo eso en el cuerpo del otro, puedo reconocer en ese cuerpo ajeno los padecimientos y sufrimientos de ese cuerpo y los puedo reconocer porque el cuerpo del otro es semejante al mío y eso ya es un elemento comunitario de las lecturas reciprocas en la corporidad.

Aquí tenemos una imagen de la obra de Maria Lassnig, El otro yo, en la uno puede articular o concluir el proceso de escenificación de la obra a partir de un cuerpo que se mira así mismo y también mira al mundo exterior y que recupera, en el caso del cuerpo femenino, el emblema de la feminidad de la reproducción, también, el problema de la capacidad de matar y por eso se llama El otro yo.

La propioseccion está guiada por grados de valoración, por ejemplo: algo me gusta más, algo me gusta mucho mas; hay momentos de placer que son muy tensos y otros muchos más intensos y otros que quedan definitivamente guardados en la memoria; hay momentos de displacer o de disgustos, pero eso pertenece a una gama de grados de gradientes, dirían los semiólogos; es decir, hay intensidades, matices que nos dicen si algo me gusta o no me gusta y, todo eso no son sino valores construidos por la experiencia corporal.

Cuando algo me gusta, algo le agrada a mi cuerpo se habla de una valoración eufórica positiva o de acogida, de algo que es bueno, y cuando algo me disgusta me causa asco, repulsión, en consecuencia, estoy hablando de horadación negativa de rechazo. Hay unas razones eufóricas y disfóricas que no se pueden evitar y que son parte de la conexión biológica del cuerpo, es decir, ninguno de nosotros come excremento y todos comemos comidas preparadas o comemos ciertos elementos que nos convienen a la supervivencia y tenemos asco por aquello que nos resulta inoportuno para la supervivencia.

Las sensaciones corporales que soportamos son aquellas que soportamos hasta cierto límite, en nuestra piel que pueden estimularnos hasta cierto límite las que son insoportables las rechazamos, las que son insoportables las rechazamos.

Entonces, hay unas condiciones corporales de supervivencia que imponen incluso ya unas condiciones valoraciones y eso hace, incluso, que hay una especie de lenguaje común para todo el ser humano, con respecto de elementos que son agradables o desagradables.

Pero, al interior de las culturas aparecen también una serie de matices que tiene que ver qué es lo que se puede valorar positivamente o negativamente. Uno de esos temas es tocado, en cierto sentido, por Humberto Eco, en su libro La historia de la frialdad, donde trata de mostrar que la estética y la construcción del arte no se limita solo a lo bello, sino que cuando se habla de estética, se esta hablando de un gran rango de valoraciones que incluye lo desagradable y lo agradable; lo feo y lo repugnante; lo bello y sublime, es decir, lo feo nunca podrá estar fuera alejado o excluido de la categoría de lo estético, es uno de los elementos que hace oposición a lo que se ha considerado bello y, por eso, hay muchas culturas, cosas que para nosotros es fea y para otros son bellas.

Entonces, la propioseccion es detalla por el grado de valoración: la eufórica positiva de acogida, la disfórica negativa, de rechazo de los intuidos percibidos. La valoración eufórica, agradable y bella, supone una apertura por la receptividad del cuerpo; mientras, que la disfórica supone un cierre corporal, un rechazo.

Hay otro elemento que tiene que ver con lo estético y la relación corporal y, es un aporte que hace un fallecido paleontólogo francés llamado André Leroi-Gourhan, en un bello libro llamado El gesto y la palabra, que antes estaba en esta biblioteca y, por alguna razón desapareció; este texto de una belleza muy particular, por algunos aportes que hace a pesar de algunas desactualizaciones en conocimientos científicos en paleontología, arqueología y biología que en la actualidad tiene.

Para el autor frances,las valoraciones estéticas y, esto es interesante, son el origen de toda la producción simbólica y de los instrumentos que hace el hombre; es decir, segúnLeroi-Gourhan, el origen de la cultura no son los procesos cognitivos, no es el desarrollo una condición simbólica, es la estética, la valoración estética es el soporte de la misma valoración simbólica.

En este orden de ideas, pienso que esta es una idea que resulta fascinante para los artistas, sobre todo cuando nosotros nos convencemos, ya a partir de la propia experiencia de creadores o analistas del arte, que el arte no es simplemente sensibilidad sino que es una forma de construcción de conocimiento; en este sentido, se puede entender que la valoración estética si es el soporte inicial de la construcción de estructuras cognitivas complejas.

Cuando hablamos del hecho de que el cuerpo que se relaciona con el mundo, es una relación primero sensorial y afectiva, en consecuencia estética, y que es sobre eso que se empiezan a construir ya discriminaciones perceptivas y modelos cognitivos, ya estamos diciendo que la estética es el soporte de las de elaboraciones culturales y, esta idea no es nueva, pero siempre ha sido marginada.

En este sentido se valora como estético aquello que es conveniente a la dinámica fisiológica del cuerpo, estos son los ejemplos que acabo de mencionar aquello que es agradable es estético, lo que me desagrada y no me gusta lo considero feo. Por otrolado, a la adaptación técnica de la herramienta del cuerpo, uno opta por la herramienta que más se ajusta al cuerpo y si a uno tiene la crea; la herramienta no es solamente para conseguir un fin particular sino también produzca cierta sensación en la consecución del ti en el manejo de la misma herramienta, dice el André Leroi-Gourhan y a las producciones simbólicas valoradas estéticamente, en una perspectiva cultural consensuada mayormente, por lo que decía hace poco, las valoraciones estéticas que también están atravesadas por un consenso y una memoria cultural colectiva.

El cuerpo de esta manera supone tres condiciones esenciales de su existencia habitual: el cuerpo es sensible y afectivo, es fundamentalmente una masa de sensibilidad y afectividad; el cuerpo es un elemento una mediación que me permite interactuar con los otros que tienen una existencia corporal también y, el cuerpo cognitivo, es el cuerpo donde suceden los procesos de construcción del pensamiento, los procesos de estructuración del conocimiento o del saber, es decir, ese el cuerpo donde se dan los procesos psíquicos, neuronales, cognitivos etc., para que nosotros digamos soy inteligente, por ejemplo, y creó una herramienta o un símbolo.

La existencia del cuerpo mismo supone entonces una competencia una condición autopoietica para sentir, percibir, producir cosas, crear objetos, conocimientos para interactuar con el mundo y con los otros para sobrevivir; es decir, esto de lo que se ha dicho hasta el momento, el cuerpo como una panoplia viva y sensible es capaz de autogenerarse a sí mismo y es capaz de sentir, de percibir de producir cosas, crear objetos y conocimientos, de interactuar con el mundo y con nosotros y, puede sobrevivir sólo en esa interacción con otros y, con el entorno en que está.

Ahora hablemos un poco del mundo en que esta el cuerpo y, vamos hablar específicamente del mundo biológico-natural sino del mundo cultural.

Voy a retomar este concepto de la filosofía fenomenológica, excúsenme por meter una etiqueta intelectual, pero la frase siempre me pareció muy bella “un mundo de la vida es el mundo en que transcurre nuestro devenir vital”, el lugar de la vida cotidiana, el lugar de nuestras urgencias etc. Lo que es lo común a nosotros, este momento compartir este mundo de la vida. En esta idea del mundo de la vida, nosotros tenemos claro que lo demás por ser un cuerpo semejante al mío y eso es lo que nos permite que nos podamos comunicar.

Sé que estas son cosas muy elementales y ustedes dirán por que toca estos temas tan elementales y tan anodinos en apariencia, porque esto va ser una representación del cuerpo en el arte y la captación de la atención del espectador, que luego tomare más adelante.

Las experiencias de los demás son semejantes a las mías, porque están aterrizadas o ancladas en la experiencia corporal y los lenguajes en que están inmersos los cuerpos, el tuyo y el mío, nuestros cuerpos, son más o menos compartidos, porque hacemos parte de una misma coordenada espacio-temporal y una misma cultura; en consecuencia, compartimos los mismos lenguajes, códigos de interacción y de supervivencia. Simplemente Ud. se desplaza de una ciudad a otra y tiene que hacer algunos esfuerzos de comprensión de los códigos de otro cultura, va a Pamplona o Cúcuta, ya tiene que hacer algunos ejercicios de comprensión de la visión y del modo de obra de la gente, incluso en hábitos alimentarios, que están estrechamente relacionados con la valoración estítica y el goce corporal.

Dentro de esta vía, la comunicación es posible desde esta “comunidad” del cuerpo, como poseemos cuerpos comunes y yo supongo que el cuerpo del otro siente como el mío, es que podemos comunicarnos, esto va hacer clave en los procesos de producción artística, porque se supone que lo que yo construyo en la obra de arte puede ser percibido por el otro, porque el otro posee unas condiciones sensibles semejantes a las mías.

Esto destruye un poco el mito del artistas exclusivamente sensible y es que el artista no es el único sensible, también es sensible el espectador y se destruye esa creencia de que el único que tiene esa sensibilidad en el mundo es el artistas y en el manejo sobre la sensibilidad particular y, hay que mencionar, que ese manejo de la sensibilidad particular no es puramente sensible sino que es un trabajo puramente cognitivo y muy técnico, Uds. Lo saben más por experiencia que yo.

La comunicación es posible en esta comunidad del cuerpo y, en consecuencia, no se transmisión de mensajes, es decir, el cuerpo no puede trasladarle a otro lo que siente y lo que percibe, lo que quiere decir, que nosotros no poseemos la facultad de transmitir mensajes, nosotros ponemos en común, expresamos cosas de nuestra vivencias de nuestras percepciones y el otro que nos escucha, partir de los códigos de la cultura que compartimos, etc., puede entender e interpretar lo que nosotros expresemos.

Si nosotros transmitiéramos mensajes simplemente haríamos un esfuerzo telepático y todo lo que trato de decir ya lo tendrían claro, sin aportar sus propias experiencias, sus propias interpretaciones y su propio mundo. Esto quiere decir que la comunicación no es un proceso de trasmisión de mensajes ni de emisor, mensaje y receptor, sino que es un problema de seres humanos que se encuentran y utilizan mediaciones para expresar lo que han experimentado o lo que quieren del mundo. Esto rompe un poco ese esquema odios que uno escucha cuando entrevistan a los artistas en la televisión y el periodista les pregunta de entrada: -Ud. que quiere trasmitir. El artistas no quiere trasmitir quiere que el otro comprenda algo a través de una mediación que es el objeto plástico y quiere dialogar con el otro o que el otro dialogue con el objeto artístico, el artista no quiere trasmitir, porque necesariamente nadie tiene esa facultad telepática.

Entonces vemos que la comunicación son procesos de interacción de cuerpos vivos intencionados afectiva, social y cognitivamente y que estas interacciones se hacen a través de objetos, de mediaciones, la palabra es un objeto, es un lenguaje: sonidos articulado que se vuelve mediación para expresar mis ideas, y al arrojarla al mundo Ud. la escucha y le dan un sentido que está basado en los acuerdos sociales, pero también en las experiencias personales de cada uno; por eso, nadie va lograr interpretar exactamente lo que yo quiero decir, pero si abra consensos y acuerdos por nuestra proximidad cultural, por nuestra comunidad de cuerpo.

En este sentido, las interacciones se hacen a través del cuerpo y los objetos creados desde él, los signos y los lenguajes, entonces el cuerpo aparece como un escenario de signos y en el arte, el cuerpo es un escenario de signos, específicamente en las artes escénicas; pero, también el cuerpo escenificado dentro de un cuadro, por ejemplo, pero el cuerpo escenificado es también es significado es puesto como un escenario de signos.

Transcripción y corrección: Victor Hugo.

Foto: Conferencia: Cuerpo, arte y significación de José Ignacio Rosales. 13 SRA, Encuentros temáticos. Hugs, 2009©

Imagen de la Obra de María Lassnig, El otro yo. Tomada de: http://laberintosvsjardines.blogspot.com/2009/04/maria-lassnig-la-novena-decada.html

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